viernes, 2 de diciembre de 2011



Nunca podré echarte de menos, pues te necesitaría
tampoco decirte que te quiero, pues me poseerías,
lléndome hacia afuera te olvidaría, y estando dentro...también

Te invito a que transites entre mis límites, para asi descubrir las trayectorias posibles que existen entre las capas de la realidad

Te invito a marcharte cuando no me quieras ver crecer, equivocarme o conformarte, y te invito a que nunca, nunca, nunca me eches de menos.

4 comentarios:

  1. Guauuuu.... me ha encantado, es exqusito en la aparente sencillez de su forma, con estructura sutil pero precisa, y... estremece el planteamiento de ese amor desposeído.

    ResponderEliminar
  2. El mejor que te he leído hasta ahora.

    Hay quién no quiere ataduras para poder volar libre con el viento. Pero el viento es caprichoso y uno puede acabar a merced de los elementos.

    Yo prefiero las ataduras, las de las velas solo, para izarlas cuando el viento es a favor y arriarlas cuando es en contra.

    ¡Salud, alegría y suerte Bea!
    Y crece princesa del trapecio... ;)

    ResponderEliminar
  3. Esto es poesía. una mezcla entre mi verdad más profunda y mi propia utopía.

    Gracias Carlos

    ResponderEliminar